Por Manuel Cabrera.-En un mensaje dirigido al Pueblo de Chihuahua, el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, llamó a la responsabilidad social de realizar el esfuerzo inicial de 15 días de resguardo, para contribuir a disminuir una tragedia colectiva.
Llamó
además a poner el ejemplo a nivel nacional de que con voluntad, con compromiso
y amor por nuestra tierra y nuestra gente la situación puede mejorar.
“Y
una vez superado el resguardo, cumplamos con las medidas sanitarias
indispensables, seamos conscientes de que este virus llegó para quedarse y que
nuestras vidas jamás serán las mismas; nuestra interrelación humana, personal,
social, familiar cambiará por siempre y es momento de que nos hagamos a la idea
de que con medidas tan sencillas como el uso obligatorio del cubrebocas y
lavarnos las manos en cada oportunidad, estaremos contribuyendo a disminuir una
tragedia colectiva”, expresó.
Al
cumplirse seis días de que la entidad regresó al semáforo rojo del sistema
epidemiológico y a dos días de que se implementó la medida de restricción total
de la movilidad durante la noche y los fines de semana, el gobernador Javier
Corral se dirigió a la población para solicitar que cada quien ponga su parte.
El
mensaje es el siguiente:
Estimadas
paisanas, estimados paisanos.
Este
es un mensaje, en primer lugar para agradecerles a todas y a todos, su
solidaridad y su compromiso con las medidas que el Gobierno del Estado ha
tomado para enfrentar la pandemia del Sars-Cov-2.
Estamos
en este viernes 6 de noviembre, son las 6 de la tarde en el Palacio estatal, es
el segundo día de nuestro nuevo acuerdo de restricción horaria, y quiero
enviarles un mensaje, insisto, en primer lugar de agradecimiento de
reconocimiento a la solidaridad con que la mayoría de la población ha asumido
las nuevas medidas que ha dictado el Consejo Estatal de Salud.
Las
últimas semanas, Chihuahua ha atravesado por momentos sumamente complicados,
atroces diría yo, en las que hemos visto la peor cara de la pandemia provocada
por el Sars-Cov-2, al presentarse un repunte y un aumento en el nivel de
transmisión, en la velocidad de diseminación y en la ocupación hospitalaria al
100% en instituciones de salud pública del estado, lo que por supuesto, no sólo
ha afectado nuestra capacidad de atención, sino incluso ha mermado aún más al
equipo médico y el medicamento.
Esta
situación nos ha llevado a tomar una difícil decisión -estoy consciente de que
es poco popular-, pero absolutamente indispensable y necesaria, de regresar a
la luz roja de nuestro semáforo epidemiológico.
Sé
que hay otros gobiernos que estando en rojo, se mantienen en naranja, porque es
muy fácil darle a la gente por su lado, porque nadie quiere arriesgar su
imagen, no obstante, estoy convencido de que el gobernante responsable guía a
su pueblo y antepone la verdad a su imagen.
Hoy
quisiera apelar a la conciencia de la sociedad chihuahuense que históricamente
se ha distinguido por su tesón, corazón y valentía, porque somos la gente que
venció al desierto y que unidos hemos vencido la adversidad.
Quisiera
que tú que me escuchas, desde el lugar en el que te encuentres, pienses en las
diversas situaciones que se presentan ante este virus invisible e impredecible.
Cuando
hablamos de la pandemia, hablamos de miles de hombres y mujeres del equipo sanitario
de nuestro estado agotado en la primera línea de la batalla, desesperados
porque no hay más manos que las de ellos para dar atención lo más oportuna a
cada uno de los pacientes; del temor de quienes tienen la suerte de aún no
haberse contagiado y del desánimo de no poder abrazar a los suyos ante el
riesgo latente de contagiarlos.
Hablamos
también de las familias que, ante la saturación de los hospitales, han tenido
que peregrinar de hospital en hospital para que el padre o madre de familia,
algún abuelo o hijo sean atendidos, muchas de las cuales desafortunadamente han
visto morir a su gente de camino a un hospital o en su propio hogar.
De
aquellas personas que, como Magda, pudieron ser admitidas en un nosocomio e
incluso presentaron notables mejoras y que de un momento a otro, el virus les
hizo colapsar y lamentablemente ya no pudo salir con vida, dejando a sus seres
queridos sin ese último abrazo, sin ese último beso, sin ese último adiós.
De
aquellos compañeros de trabajo, de aquellos amigos de los cuales nos despedimos
como tantas veces lo hicimos antes, sin saber que ese hasta entonces, ese hasta
luego o ese hasta mañana, sería el último que les diríamos.
Inclusive,
de personas que aun superando el contagio, mantienen secuelas, no sólo físicas,
también psicológicas por el temor que representó poder contagiar a sus seres
queridos.
Hablamos
de esos planes que teníamos y que hoy se han convertido en un solo deseo
colectivo que es el de poder culminar este año sin que falte un miembro más en
nuestra familia.
Estos
días, el coronavirus arrebató la vida de Arturo, de María, de Juan y Dolores y
de cientos de personas más, pero es importante que seamos conscientes de que
pudo ser la nuestra o la de algún ser querido.
Es
por ello que para Gobierno del Estado resulta obligado tomar medidas que nos
permitan proteger la salud y la vida de la gente, esa, por más críticas que
haya al respecto, siempre será nuestra apuesta y para ello llamo a la
comprensión y a la solidaridad del pueblo de Chihuahua para que hagamos un
frente común, para que con una participación y colaboración activa, nos ayuden
en el cumplimiento de las nuevas medidas dispuestas en el nuevo Acuerdo
publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Porque
este virus se ha esparcido con mayor fuerza ante el egoísmo, la falta de
conciencia, de responsabilidad y de solidaridad de la sociedad en general y
encuentra su mayor fortaleza en la mezquindad de aquellos que en medio de la
tragedia, se aprovechan para ver solo por sus intereses individuales, de sus
intereses personales o de grupo.
Pareciera
que el virus conoce bien de nuestras debilidades humanas como sociedad en su
conjunto y la época atroz de individualismo que estamos viviendo.
Como
Gobernador, les digo que no quiero que en Chihuahua se le niegue una cama de
hospital a alguien o estar ante el dilema ético de a quien preferir, cuando se
tenga que disponer de un ventilador.
Por
ello, el establecimiento de una Alerta Sanitaria para toda la entidad que
contempla un horario de restricción general de lunes a viernes de las 7 de la
tarde a las 6 de la mañana y los fines de semana, de las 7 de la tarde del
viernes, hasta las 6 de la mañana del lunes.
Estoy
consciente de las afectaciones a la economía y también de la necesidad de
repartir los impactos. Con las disposiciones del nuevo Acuerdo, se mantendrán
abiertos los abarrotes, las tiendas de barrio, las que están a la vuelta de la
esquina.
Es
decir, al principio de la pandemia restringimos a los chiquitos, mientras se
abrieron los grandes supermercados y hubo solidaridad y comprensión; ahora es
tiempo de balancear y se restringirá por dos fines de semana a los grandes
comercios. Esperamos y deseamos, por el bien de la sociedad chihuahuense, que
en los empresarios encontremos sensibilidad y empatía tan necesaria en momentos
como estos como entonces.
Hoy,
los tiempos nos demandan absoluta responsabilidad social, que nos cuidemos
entre todas y todos, que pensemos en las vidas que se pierden, en la salud que
se mengua si no hacemos nuestra parte, si no nos ponemos en los zapatos del
otro.
Realicemos
un esfuerzo de 15 días y evaluemos los resultados, pongamos el ejemplo a nivel
nacional de que con voluntad, con compromiso y amor por nuestra tierra y
nuestra gente, la situación puede mejorar.
Y
una vez superado el resguardo, cumplamos con las medidas sanitarias
indispensables, seamos conscientes de que este virus llegó para quedarse y que
nuestras vidas jamás serán las mismas.
Nuestra
interrelación humana, personal, social, familiar cambiará por siempre y es
momento de que nos hagamos a la idea de que con medidas tan sencillas como el
uso obligatorio del cubrebocas, lavarnos las manos en cada oportunidad,
estaremos contribuyendo a disminuir una tragedia colectiva.
Javier
Corral en su mensaje al Pueblo de Chihuahua y llama a poner el ejemplo a nivel
nacional de que juntos, actuando con solidaridad y pensando en el beneficio de
todos, se puede salir adelante ante la pandemia.
Periodico El País/Por Salvador Camarena.- Arturo Valenzuela ayudó en 2010 a mitigar los costos de la violencia en
Ciudad Juárez (HAZ CLIC EN LO AMARILLO).
En aquel año de guerra de narcotraficantes, fue parte de
una iniciativa ciudadana que diseñó una red de hospitales de sangre para
que los heridos pudieran tener atención adecuada. En 2020, este médico
cirujano tiene una nueva misión.
Ahora desde el gobierno de Chihuahua
busca mitigar las decenas de muertes por covid en ese estado del norte
de México.
El doctor cree que solo hay un camino: crear monitores
ciudadanos que generen conciencia para romper las cadenas de
transmisión. Ni más camas en hospitales, ni más médicos, alerta
Valenzuela, serán suficientes en esta nueva guerra si los ciudadanos no
hacen su parte.