Dejan a familias abrazarse en frontera

-11 de Agosto de 2016

 
La última vez que Yesenia abrazó a su madre, Sandra, fue hace 10 años, cuando ésta cruzó como indocumentada hacia Estados Unidos, pero hoy pudo volver a sentir su calor a la mitad del Río Bravo.

Por primera vez, más de 100 familias de migrantes pudieron convivir durante tres minutos, sin una malla o muro de por medio, en el límite fronterizo entre México y Estados Unidos.

Tanto en Ciudad Juárez, Chihuahua, como en El Paso, Texas, se congregaron familias que tenían años de no verse.

Con el lema "Abrazos, no muros", el Instituto Fronterizo Esperanza organizó este reencuentro de personas procedentes no sólo de Ciudad Juárez, sino de diversos municipios de Chihuahua, así como de la Ciudad de México y de otros estados del sur del País.

Del lado de Estados Unidos, se congregaron de El Paso y Las Cruces, además de otras ciudades de Texas y Nuevo México.

"Es un evento inédito, histórico, para nuestra comunidad, jamás en la historia se ha podido tener este encuentro, este abrazo entre familias", indicó Dylan Corbett, director ejecutivo del Instituto Fronterizo Esperanza.

Comentó que, con este encuentro, la organización pone en el centro el valor de la familia.

"Hoy en los Estados Unidos ,en plena campaña presidencial, se está promoviendo una cultura de división, racismo, de odio, de xenofobia, que está instrumentalizando nuestra frontera como lugar de división", lamentó Corbett.

"No a la militarización de la frontera, no a la división de las familias, estamos aquí para exigir al Gobierno (de Estados Unidos) un paro a la deportación, a las deportaciones y a la separación de las familias".

En el caso de Yesenia, quien reside en el suroriente de Ciudad Juárez, tiene contacto con su madre, quien trabaja en un restaurante, a través de redes sociales y vía telefónica.

"Pero un abrazo de tu mamá después de muchos años no es lo mismo", dice Yesenia, quien durante el encuentro llevó a su hija de seis años para que conociera a su abuela, que sólo la había visto en fotografías.

Además de su hija, Yesenia acudió con su esposo, su abuelo y su hermano, mientras que su madre llegó hasta el Río Bravo con una hermana, sobrinas y otro hijo.

A lo largo del Río se escuchaba el llanto de las familias, tanto por reencontrarse como por volver a separarse. También se escuchaban expresiones de ánimo de un lado y otro mientras esperaban su turno para bajar al afluente.

De acuerdo con Corbett, aunque en Ciudad Juárez y Tijuana se habían realizado reencuentros, éstos eran a través de la valla fronteriza, la cual les impedía abrazarse.

La concentración estuvo resguardada por autoridades de ambos lados de la frontera, tanto de la Patrulla Fronteriza como de la Policía Federal.

Para realizar el encuentro, el Instituto Fronterizo Esperanza, que trabaja tanto en Ciudad Juárez como en El Paso, se coordinó con las autoridades de ambos países.

Las familias se abrazaron en medio de un encharcamiento en el Río Bravo, lo cual no les importó con tal de volver a sentir a los suyos.

Del lado mexicano, las personas portaban camisetas blancas, y del norteamericano, azules.

Algunas personas abrazaron a sus parientes sosteniendo cartulinas con la frase "No a las deportaciones. Hugs.Not.Walls. Hugs.Not.Hates".

Con estas acciones denunciaron la discriminación y separación vividas por las familias migrantes y la comunidad fronteriza.

Los organizadores indicaron que rechazan las prácticas de los políticos irresponsables que instituyen leyes que separan a las familias.


http://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?id=912866&v=3

Compartir