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FRANCISCO RODRÍGUEZ Ni chairos ni fifís: el centro político que anhelamos
El centro democrático mexicano no está equidistante entre izquierda y derecha. Siempre ha sido difícil de definir, pero sí está hoy entre los que se ajustan al sentido común, la sensatez, la lógica, el sentido de la proporción |
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La oposición ‘vale un carajo’ Joaquín López-Dóriga
En términos del presidente López Obrador, la oposición a su gobierno ¡vale un carajo! a López Obrador. Lo cito porque no se ha dado cuenta, lo que dudo porque a eso sí que le sabe, pero en su discurso cotidiano le da un peso del que carece. |
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Trascendió Que apenas tenía el Presidente
unas horas fuera de Palacio y su partido ya había armado un lío con Félix Salgado Macedonio, primero con una carta de 500 encabezados por Citlalli Hernández, Malú Micher y Jesusa Rodríguez, |
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Frentes Políticos 1. Nueva era. Digital,
como lo dictan los tiempos, será el primer acercamiento entre el presidente López Obrador y Joe Biden, programado para este lunes. “Como seguimiento a las distintas conversaciones entre los primeros mandatarios, |
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Fecha cabalística Pepe Grillo
El 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, está demasiado cerca. No queda tiempo para despresurizar el ambiente con relación a las causas feministas. Será una jornada complicada en todo el país, en particular en la CDMX. Las autoridades ya están ultimando los detalles de las acciones de contención. |
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El Diario Celebrarán AMLO y Biden reunión virtual este lunes
El próximo lunes 1 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, tendrán su primer encuentro bilateral. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que los Mandatarios |
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-- Viene semana definitoria para Morena -- Chela y Adriana, con tarea titánica
De la reunión que sostuvo ayer el senador Cruz Pérez Cuéllar con la directora general de Conagua, Blanca Jiménez, se supo se tocaron temas de gestiones que a lo largo de los meses el congresista se comprometió a llevar a cabo, |
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Un rinconcito de Dios para ti: Cuando las cosas no van como esperamos
Cuando las cosas no van como esperamos es fácil rendirse, tirar la toalla, detenerse y hasta pensar que algo malo hemos hecho y por esa razón las consecuencias que estamos obteniendo. Pero la realidad es que a veces no es que hayas hecho algo malo, |
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Columna / « Ricardo Alemán ¡Es falsa ‘la censura’ a Trump: las pruebas!» |
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Fecha: 11 de Enero del 2021 | Reportero(a) Manuel J. Garcia
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Ricardo Alemán ¡Es falsa ‘la censura’ a Trump: las pruebas!

De nueva cuenta el debate sobre la supuesta censura en redes sociales.
Aquí no sabemos si es una discusión alimentada de manera deliberada, si
su motor es la ignorancia o de plano si asistimos a otro engaño para
desviar la atención al crimen de Estado que ya ha cobrado la vida de 140
mil mexicanos.
Lo que sí sabemos, sin embargo, es que es falsa y mentirosa la hipótesis
de López Obrador, de que se trata de un acto de censura orquestado por
las redes sociales contra el aún Presidente norteamericano.
Y es que vale recordar que el concepto de censura resulta de una acción
propia de las instituciones del Estado, sobre todo de estados
totalitarios y dictatoriales, que tienen una larga historia de ordenar
la censura previa.
Es decir, se produce un acto de censura cuando un órgano estatal cancela
el derecho de opinar, sea de manera verbal, escrita, mímica, gráfica y
hasta de gritar con el silencio, cuando se prohíben movilizaciones del
silencio.
En el caso Trump, dos de las redes sociales más influyentes cancelaron
sus cuentas –primero de forma temporal y luego definitiva– no como un
acto de censura sino como resultado del peligro social que significaba
que Trump utilizara dichas plataformas sociales para incitar a la
violencia y para promover un auténtico golpe de Estado a la democracia
norteamericana.
Y no es censura porque esas plataformas digitales –Twitter y Facebook–
no son un territorio sin ley en donde todos pueden hacer todo, decir
todo, insultar a todos, violar todas las reglas sociales –y las reglas
de la propia red– sin que existan consecuencias.
Y es que, le guste o no a muchos, faltar a la verdad, engañar, falsear
la realidad, incitar a la violencia, promover el odio, difamar,
calumniar, llamar a la sedición y proponer un golpe de Estado –como lo
hizo Trump a través de las redes– no solo implica violar las leyes de
Estados Unidos y Mexico, sino que son faltas graves a las normas de
Twitter y Facebook.
Y por esa razón, porque además de que Trump violentaba las leyes de su
país y porque no cumplía las normas impuestas por las plataformas
digitales, las llamadas “redes” decidieron cancelar las cuentas del
todavía Presidente, igual que debieran cancelar las cuentas de otros
mentirosos y promotores del odio, la violencia y el crimen, como López
Obrador.
Pero la pregunta central está en otro lado.
¿Por qué aparece y toma fuerza la “chabacana” idea de que Trump y otros
propagandistas de la mentira, el engaño, el odio y la desinformación,
son censurados? ¿Por qué tantos ciudadanos se creen ese cuento?
Aquí creemos que la razón principal para estimular la idea de supuesta
“censura” de las redes sociales, es que una mayoría de ciudadanos creen o
suponen que el término “red social” significa “propiedad social”, lo
que traducen en impunidad, libertinaje y total ausencia de
responsabilidad, de reglas y sanción a los excesos por lo que se dice y
hace en tales redes.
Las redes no son un Estado que garantiza derechos y libertades; las
redes son empresas, sometidas a las reglas del Estado, a las leyes del
mercado y que, al mismo tiempo, tienen el derecho de limitar la libertad
de expresión de aquellos que violan las reglas de las redes, las leyes
del Estado y que atentan contra el derecho de terceros.
Las redes son sociales no porque la sociedad y/o porque cualquiera de
sus afiliados pueda actuar como le plazca, sin reglas; son sociales
porque son la más acabada expresión del mayor negocio neoliberal de toda
la historia; la comunicación entre todos los grupos sociales.
Pero las redes sociales son empresas privadas, las más exitosas del
neoliberalismo y, en tanto empresas, son negocios; el rentable negocio
de la comunicación entre las personas, que se ajustan a las leyes del
mercado, que se han dado sus propias reglas y que deben convivir en la
sociedad, al amparo de las leyes del Estado.
Las redes son la extensión de ferrocarril, de las carreteras, del
teléfono, del telégrafo, del telefax, del automóvil, del avión… Pero no
son un fusil en manos un poderoso Presidente que las pretendió utilizar
para mover odio, violencia, violación a la ley y para poner peligro la
vida de las personas, por las ambicione personales de un loco de poder.
“¡Censura, horrible censura…!”, contra Trump y contra una locuaz señora Navidad, gritaron muchos usuarios de redes.
Les asusta a muchos, a pesar de que la mayoría de los usuarios de redes
tienen en la función “bloquear” a una de sus opciones favoritas de
redes.
Es decir, a miles, millones o decenas de millones de usuarios de redes
les indigna que aquella empresa digital que entrega cuentas
personalizadas y gratuitas de sus redes, decida cancelar las cuentas de
quienes son un peligro para el mundo, como Trump.
También les enoja ser bloqueados por políticos, por la señora
Presidenta, por los propagandistas de López Obrador, porque los
anteriores son servidores públicos que están obligados a escuchar
nuestras mentadas de madre.
Pero eso sí, todos o casi todos somos fervientes censores que bloqueamos
a todos aquellos que nos cuestionan, insultan, calumnian, difaman o que
no piensan como nosotros. A todos los bloqueamos sin más.
En efecto, la red social es un espacio maravilloso para la comunicación
global; es el mayor invento para socializar las ideas y el diálogo; para
difundir información, para el ejercicio de los distintos géneros
periodísticos, para la divulgación de ciencia, tecnología y arte; pero
también es territorio de matones que calumnian, difaman, denigran,
persiguen, amenazan de muerte; las redes también resultan un instrumento
de propaganda mentirosa en manos de gobiernos como los de Trump y
Obrador.
Sí, el uso de las redes es voluntario y cada quien sabe para qué estar
en tal o cual red social, pero todos tenemos la obligación de respetar
las reglas de la empresa digital de nuestra preferencia y de reconocer
que los matones no solo son inaceptables en las redes, sino en la
sociedad toda, en donde deben ser perseguidos, enjuiciados y castigados.
Y castigar con el silencio en redes al que utiliza esa plataforma para
cometer delitos, no se llama censura, sino simple respeto a las reglas
establecidas y simple aplicación de la ley.
Al tiempo.
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